martes, 24 de septiembre de 2013

El principio del final (De la enfermedad y de una larga espera)

Hace un ratito tuve mi primera sesión de rayos. Una "primera cocción" según mi hermano Diego.
Estoy muy aliviada porque tras meses de consultas a médicos e interconsultas, estudios, aprobaciones de la obra social (y no aprobaciones), hoy es el comienzo de mi tratamiento de sanación. Pero estoy también tristísima y muy angustiada. Sugestionada, ya me pica todo (Soy muy alérgica y mi piel se brota con disgustos justificados por perfumes, polen y plumas). No puedo dejar de pensar en que el tratamiento muy probablemente me dejará menopáusica. Y digo "muy probablemente" porque tengo la esperanza del milagro, de que mis ovarios sigan funcionando como hasta ahora y de comprar Ibu Evanol todos los meses. Porque tengo 45 años y hormonas para seguirlas disfrutando.
No encuentro palabras suficientes para definir la angustia que representa la pérdida de algunas funciones del cuerpo, de la juventud. Porque envejecer no es sólo "que no me venga mas", envejecer -o madurar, mejor- es darme cuenta de que estoy enferma, y de que no tengo mas la impunidad de pensar que soy eterna.
"El tratamiento te va a salvar la vida" dicen mis amigas. Mi tratamiento son rayos todos los días y una sesión de quimioterapia, por seis semanas. Yo doy por descontado que voy a vivir, pero suena tan frívolo pedir que mi cuerpo no cambie tanto?? Que mis ovarios sigan funcionando contra todo pronóstico, que mi vagina no se seque, que la quimio no me deje gorda y pelada???
Nunca fui el tipo de mina que levanta tipos en un boliche por tener buenas lolas o una linda cola, de hecho en el reparto me tocó poco de eso. Pero me gusta el cuerpo que habito, porque es noble y me trajo muy bien hasta aquí.

2 comentarios:

  1. Despreocupate, el principal órgano sexual es el cerebro; y por lo visto ¡por ese lado no vas a tener menopausia! ;-)

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