lunes, 9 de septiembre de 2013

PRIMERA NOTICIA: SUSTO Y DESCONCIERTO

En mayo estaba con poco trabajo, y decidí justificar mi tiempo ocioso con chequeos médicos (Yo no me privo). Ahí recordé el papelito en donde la dra. me había escrito el nombre del medico al cual me derivaba.
Grande fue mi sorpresa cuando, aburridísima en la sala de espera (Fueron mas de dos horas en ese sillón), decidí leer los títulos que colgaban en todas las paredes: Dr. XXX Medico Oncólogo. El corazón comenzó a latirme fuerte. Me sentí mas sola que nunca.
Soy soltera, tomo sola mis decisiones, me manejo bien, y hasta ese momento jamás se me hubiera ocurrido ir acompañada a una cita con un medico.
El Dr. me atendió muy amablemente, me revisó y aventuro la palabra carcinoma. Me desmaye en la camilla, en posición ginecológica. Imaginen la escena: pleno invierno, de la cintura para arriba sweater y bufanda, de la cintura para abajo en bolas, mis patitas de tero en los estribos, y un par de medias rayadas que sólo venían a empeorar la escena.
No sé cuanto tiempo estuve así, calculo que una hora.
Cuando salí del consultorio ya no era la misma.
En todo este tiempo, y han pasado 4 meses, no he vuelto a serlo.

1 comentario:

  1. no somos los mismos al final del día, el río nunca es el mismo. Lo bueno es que al día siguiente nos seguimos reconociendo en el espejo

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