lunes, 9 de septiembre de 2013

QUIEN SOY Y A DONDE VOY

Después de la primera consulta con el oncólogo salí a la calle sin brújula. Con el entendimiento anestesiado empecé a caminar y me perdí en pleno centro porteño.
Aturdida por una sensación de extrañeza total: este cuerpo ya no era mi hogar porque un monstruo negro, gelatinoso y vengativo lo habitaba.
Y yo que me sentía tan confortable en mí misma.
Soy aries con un fortísimo ascendente virgo. Metódica, políticamente correcta, obsesiva, ordenada y habilidosa resolviendo situaciones bajo estrés. Así me asumí después de muchos años de terapia, más para beneficio de mis clientes que propio. Pero esa noche nada, mi sistema nervioso colapsó y estaba en shock con la cabeza en blanco. Así también estaba mi corazón. Incapacidad total de pensar y sentir.
A partir de ese momento vivo una vida entre paréntesis. No puedo anclar en ningún lugar conocido, en ninguna de mis mañas, no me reconozco. Vivo el desconcierto y la adrenalina de la próxima noticia, siempre esperando en salas de espera el próximo resultado.
Atravieso la típica situación que todos creemos que le pasa a otros, e intento afrontarla con toda la entereza, humor y responsabilidad que puedo. No me siento heroica, no me doy pena, no me da pudor hablar de esto.   
Como diría Julia Roberts en Notting Hill: "Soy una mujer ordinaria a la que le pasan cosas extraordinarias".
Y la vida es así. Llega un momento en que tenemos que enfrentarnos al monstruo de nuestras pesadillas. No es tan tremendo. Frente a esa situación uno se da cuenta de que al final, todos tenemos uñas de guitarrero.

1 comentario:

  1. dicen que Dios aprieta pero no ahorca. Te espera mucho trabajo: ¡adquirir nuevas manías!

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